Hanna Dickenson de 24 años fingió tener cáncer terminal, y junto con sus padres buscaron ayuda, logrando reunir 42.000 dólares. Uno de los donantes, incluso, fue un enfermo real de cáncer que había acabado de salir del hospital tras terminar su propio tratamiento.
Esa persona le dio 10.000 dólares, y hubo alguien más que donó en cuatro ocasiones. Hanna recaudó el dinero desde 2012, cuando supuestamente le descubrieron la enfermedad, y se lo gastó todo en salidas con sus amigos, fiestas, drogas y viajes al extranjero.
La farsa, se descubrió luego de que una de las víctimas de Hanna revisara las fotos que ella ponía en Facebook. Al verlas, comenzó a sospechar de que la joven no decía la verdad sobre el cáncer y alertó a la policía.
Las autoridades identificaron a otras víctimas y revelaron la verdad de Hanna, por lo que recientemente fue sentenciada a 3 meses de cárcel. Asimismo, tendrá que hacer trabajo comunitario durante 12 meses y deberá someterse a un tratamiento por problemas mentales y abuso de drogas.
